Uno de los efectos colaterales deseados de "Las Cenas de los Martes" es el de tener este espacio para reencontrarme con viejos amigos y la oportunidad de conocer más cercanamente a aquellos con los que no había podido hacerlo hasta ahora, Pauliten es un buen ejemplo. Quienes me conocen saben que me encuentro mucho más cómodo en reuniones que no pasen las 11 personas o que superen las 33. Me gustan más las charlas íntimas que los grupos en general. Pauliten no, es animal de jauría. Se halla mejor en manada de amigos y amigas, pero por esta vez pude aislarla para estudiarla y conocerla mejor.
La alegría no es noticia.
Puestos a improvisar, parece que su receta es infalible y a prueba de neófitos. Mientras hablábamos de los encuentros y desencuentros, rehogamos la cebolla de verdeo, le agregamos champiñones fileteados. Sobre ese fondo agregamos pechugas de pollo cortadas en cubitos. Pusimos los fideos en el agua. Minutos después agregamos crema de leche y como toque final un poco de queso parmesano rallado. Servimos los platos y fuimos a la mesa.
Con su Nikon documentó todo mucho más que yo, de hecho no paró de sacar fotos a todo. A cada rato una foto. Todo servía: unas botellitas de vodka, un cuadro, la botella de vino, las copas. Incluso me prestó la camara un rato. Fascinada con mi reflector quiso experimentar con contraluces, después con reflejos. Creo que ella supuso que yo soy igual y que todos los usuarios de Flickr son así - Pero no Pauliten, ¡no sos normal, sabelo! ¿Hay alguien normal en Flickr?...
El menú: Liguini Nº 11 con salsa de pollo y champiñones. Norton Roble Merlot 2006. All that you can't leave behind con Papaya de U2
Hiperconectada, mezcla todas las plataformas y las usa a su antojo. Si uno le envía un SMS responde en FaceBook. Si le preguntan algo por e-mail, responde en un comentario de una foto cualquiera de Flickr, si le escriben algo sobre su foto, llamará por teléfono... En lo que duró la preparación y la cena, recibió 5 mensajes de 4 personas diferentes.
Los fideos italianos estaban de maravilla, la salsa de Pauliten era perfecta. La cena sirvió para que me contara de su vida (habló más que yo y eso ya es una proeza), aproveché también para contarle de mi y de las próximas novedades y sorpresas. Así que nos seguiremos viendo, seguramente en grupo como siempre, pero los dos estamos de acuerdo en que fue muy agradable, divertido y esclarecedor a veces.