32 - Elio (Daniel) Puntieri.


No recordaba de dónde lo conocía a este pibe. Nótese que hoy voy a escribir en porteño profundo, porque si hay un porteño ese es Elio. Orgulloso nieto de inmigrantes italianos, Elio es “la Biblia y el calefón”. Elio, criado en el epicentro de Buenos Aires, que no dañó a nadie de casualidad cuando de niño arrojaba adornos desde un piso 12 en Acoyte y Rivadavia, es la porteñidad.
Creador de la frase: “Preguntale a Nacho porque si no lo sabe lo inventa”, un tipo extraordinariamente creativo de los que hay pocos en el mundo. Creativo en general, publicitario en particular.

Aprendí mucho de Buenos Aires con Elio, porque yo, metido en mi mundo de Palermo no tenía mucha idea de lo que pasaba afuera.

Elio era (ya no) un tipo sin sonrisa pero con risa. Esos tipos que no hablan hasta que dicen y cuando lo hacen es una carcajada segura. Nunca desperdicia palabras, todo tiene otro sentido, siempre es agudo, mordaz. Hoy es un tipo abierto y sin mordaza, dice lo que piensa y  (la novedad) lo que siente. Es sentarse y empezar a reír de sus ocurrencias, pero sobre todo de su enorme anecdotario familiar.

Menú Ceviche de lenguado, cebollas coloradas, limones, naranjas, cilantro no porque lo odio, camarones,  pepinos,  morrón y ajo.

Llegó bastante puntual, supongo que porque era Mardi gras (martes de carnaval) yo previamente había comprado los ingredientes en el Barrio Chino, un gentío infernal por carnaval y porque además era Año nuevo chino. Cometí el error de comprar un vino blanco ¿no se supone que el pescado se acompaña con vino blanco? Bueno, no… - el vino blanco no es vino, me dijo. Por suerte el había traído un vinazo: Cuvelier los Andes 2012.

Casi no me dejó hacer nada y lo poco que hice lo corrigió, la forma en la que había cortado las cebollas. Nos contó sus anécdotas y nos hizo reír a carcajadas. Había olvidado su paso por Bariloche. Olvidé sacarle fotos a él y al ceviche… cosas que pasan cuando te juntás con Elio y escuchás sus cuentos.

Es redactor publicitario (esos creativos que laburan poco) creo que estábamos en Tonal (una agencia de publicidad) y el tipo fue a una entrevista con Ojeda con su caja de madera cerrada con cadenas y candados. Consiguió un laburo pero nos llamó a Leo y a mí. Empezamos a hacer lo mismo, trabajar a medio tiempo en la agencia que llevaba la comunicación de ESPN. Después todos nos mudamos a allá. Hicimos cosas inconfesables en “Había una vez” (campañas para Menem) pero ya prescribieron, me parece.

Elio es para mí uno de esos amigos que son los hermanos que se eligen. Creo que él invento el concepto de amigo que aún sostengo: Sentís que si tuvieras un problema a las 4 de la mañana, podés llamarlo y viene o venite, es igual, son los que sabés que están, los incondicionales.

Todo tiene que ver con todo

Elio, hincha de Ferro, verdolaga y de la locomotora del Oeste, tiene una pluma exquisita. Ustedes no saben cuanto. Tiene una prosa muuuy Edgar Alan. Nadie sabe por qué no editó su libro, nos lo debe, pero tuvo un Blog en que nos deleitaba a todos con su estilo de Novela negra policial. Por él conocí a Philip Marlowe, un parsonaje oscuro de Raymond Chandler que era su inspiración, jamás leí un libro de él, pero me quemó la cabeza por años con sus historias.

Hoy me entero de que sí, que escribió el maldito libro y que en breve estará entre nosotros. Ya sabremos de qué se trata, seguramente un policial misterioso e intrincado como Elio(t) es. Le advertí que si no me toca a mí diseñar su tapa va a tener que escribir otra novela policial, donde la víctima será él.

Tiempo después de separarnos porque no quiso laburar en ESPN, nos juntábamos en Tancat (una tasca catalana) a comer tortilla española y otras delicias, me parece que una vez por mes, y nos poníamos al día. La última fue con Leo en su departamento frente a Ferro, es extraño como después de tantos años seguimos siendo los mismos.

Así era el ceviche, pero olvidé tomarle foto...
Elio es un poco amargo... primero porque es hincha de Ferro, después porque le gusta Tom Waits (o como se escriba) después, porque le gusta serlo. Es crítico, agudo, punzante, inteligente, juicioso, a veces clarividente. Pero tiene un corazón que yo no conocía: sus hijos.  Al primero lo llamó Dante, me extrañó que no lo llamara Timoteo.  A la segunda Olivia, nombres memorables, como él.

Una de las anécdotas, por poner un ejemplo es que cuando era chico, cuando todavía no sabía caminar descubrió que el solito podía hacer andar al cochecito. Alguien de la familia lo filmó y lo usó en un comercial de Mercedes Benz! ¿Increíble? Con Elio pasan esas cosas.


M.B.PEDALES-MPEG-1 from Elio Puntieri on Vimeo.


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