16. Miqui

Ella me lo pidió. Y como de costumbre, aquí me tiene cumpliendo sus deseos. Miquicuqui,  Micuquiqui, es mi amorcito y siempre se encarga de recordarme que yo soy de ella sin eufemismos. Este domingo me dijo:
- Sos el mejor papá del mundo.
- Bueno... soy tu único papá.
- No, de todos los papás del mundo.

No le gustan las indirectas, es frontal y así como es alegre y su sonrisa es capaz de iluminar un feo departamento verde, también dice con precisión lo que siente y lo que no le gusta, lo tiene clarísimo y lo dice. Es sincera y exige lo mismo a los demás. Aún así, aunque ya es casi una señorita, para mí sigue siendo mi bebé y la llevaré aúpa mientras pueda.
Miqui es una personita encantadora, llena de energía, divertida. Siempre a los saltitos, siempre bailando. Recién a los 3 años empezó de a poco a apoyar los talones, hasta ese momento iba a los saltitos por el largo pasillo de su casa cantando. Yo le decía “mi pulguita” por esa razón. Y “bombón de pimienta” por lo dulce y llena de brío.

Hace tiempo le compraba unos fascículos de recetas para niños que además venían con elementos de cocina pequeños. Cuando empezamos con las cenas, me los trajo para que pudiera usarlos y quiso cocinar hoy una de esas recetas que, aunque era para Halloween, queríamos hacer desde hace mucho.

Pelamos las papas y las pusimos a hervir con el colorante comprado en el barrio chino (prometieron que era natural, de no sé que planta) Mientras hacíamos los huevos de codorniz muy en su estilo, en lugar de correrse para que yo fotografíe algo, se ponía delante y posando.
Hablamos de sus gustos y de su Facebook. Quise saber qué hacía con él, que cosas leía. Y resulta que es una niña, se divierte y no le interesan las cosas de los grandes ni pierde tiempo en leer lo que escriban los que ella no conoce. Prometí hacerme una mascota y una pecera para compartir con ella también esos juegos. Pronto, al ritmo del jazz, tomó el sombrero de Alé y me mostró la coreografía de All That Jazz que bailará mañana en el acto de fin de curso.

Ella es obstinada, concentrada y responsable. Como le divierte lo que hace, no necesita dejar de hacerlo para divertirse con otra cosa. Si hace gimnasia artística no quiere faltar nunca a ningún entrenamiento y se ocupa de practicar, quiere ir a los torneos aunque esté enferma. Con danza igual y, en realidad, con cada cosa que hace. No le gusta dejar ni un dibujo sin terminar y me pregunta siempre si ya terminé éste o aquel cuadro.

Menú: "Dedos de bruja" (salchichas con almendras) con puré rojo de papas y pistachos y "ojos de monstruo" (huevos de codorniz con aceituna). Golosinas chinas y Phill Collins Jazz Band de añadidura.


Quienes me conocen ya están hartos de escucharme hablar de Miqui, de mi orgullo al verla bailar, competir, actuar, divertirse. Contar sus ocurrencias, mostrar sus dibujos. Siempre nos encontramos para hacer algo, pintar, jugar, leer, inventar, reírnos, hacer el ridículo. Estamos bien juntos, nos hacemos bien, nos alegramos juntos, nos inspiramos, aprendemos. Y estoy seguro de que siempre seguiremos así como anoche: buscándonos, encontrándonos, haciendo alguna cosa rara, caminando de la mano, sonriendo por la vida.


Su canción favorita :)