13. Magdalena y Marcelo.

Magdalena (Mada para mí) es pura bondad, dedicada, preocupada, se desvive por ayudar. Tiene tan buen corazón que llora tanto de tristeza como de alegría por cosas mínimas. El gen lacrimógeno Sanz en su estado puro. Es graciosa y cultora del “ma sí, yo se lo digo” con lo que consigue una franqueza muy cercana a la sinceridad para la cual hay que estar preparado. Mis recuerdos de ella son casi todos los de mi niñez feliz en aquel bosque de Marcos Paz y luego en la casa frente al tren (sí Mada, Mariano Moreno 1358, yo también me acuerdo).

Raro que Marcelo dijera que la casita se parece a mi, es exactamente lo que siento, cada vez más parecida a mí y en cuanto pueda hacerle unos retoques quedará perfecta. A Magdalena le encantó, la recorrió encontró el pequeño Matisse de "la mujer con raya verde", pero rápidamente se puso a hacer las milanesas.

Marcelo es la persona más reservada y discreta de la familia, de pocas palabras, jamás se lo escucha hablar de otras personas. Pero le tocó ser la única persona que conoció azarosamente a Alé y tuvo que ser él quien la describa y lo que ella produce en mí: "parece flotar de alegría". A la ansiedad de Magdalena por venir a las cenas y conocer mi casa, se le sumó un interrogatorio pendiente: Quién es, cómo es, qué hace, de dónde es... no evité ninguna respuesta porque me encanta hablar de eso, así que a la primera oportunidad que tuvimos, aprovechamos.

Primero empezamos con el puré, me enseñó a hervir las papas y me dejó hacerlo casi todo, menos al final donde la dejé que arreglara lo que yo había hecho. Me enseñó a hacer la mezcla para rebozar las milanesas, pero no metí mano en eso. Hacía tanto calor anoche que decidimos freirlas sólo por no encender el horno. Resignamos lo saludable por el sabor, incluso Marcelo dijo “- Magda, es así no hay vuelta, las milanesas me gustan fritas”. Suponíamos que sobraría algo pero estaban tan buenas que dimos cuenta de ellas como si nunca más se pudieran volver a hacer. Ya estamos grandes, ya no discutimos en la cena como de niños, ya no me roba lo del plato.

La verdad de la milanesa
Hablar con Magdalena es sentarse a escuchar sus historias de niñez feliz. De cómo éramos en aquellos tiempos. La cantidad de cosas peligrosas que hacíamos, de los vecinos... ella recuerda todo y a todos. Yo digo que tiene una memoria tan buena que recuerda hasta las cosas que jamás pasaron. Detalles increíbles, momentos únicos, juegos compartidos durante tardes enteras. Hizo de maestra, nos enseñaba las maravillas de la ciencia: “- chicos, los mocos son pedacitos de cerebro que se caen por la nariz, así que no se metan los dedos”. Hizo de madrastra y nos puso a construir su “Villa Jazmín” en los fondos de nuestra casa, con los ladrillos que sobraron de la obra.

Por primera vez nos pusimos a hablar de nuestra hermana Cristina pintando su verdadera personalidad, ácida e ingeniosa. Y nos reímos a gusto de las maldades que nos hacía y las cosas que sólo a ella se le ocurrían.

Menú: Milanesas con puré. Brownies de chocolate y almendras con helado de dulce de leche. Trapiche Colección Roble con Oscar Peterson.


Mada es emocionalmente abierta, si está enojada, furiosa, indignada, preocupada o lo que sea, lo va a demostrar de alguna manera. Es mi “madrastra” y si te quiere como a mí, tendrás que estar listo para sus besos y abrazos, para sus regalos, para su buena memoria.Mada, siempre fue genial ser tu hermanito menor y como te acordás de todo no hace falta que te repita demasiadas veces que yo también te quiero.



9 comentarios:

  1. Como es de suponer, y como no podia ser de otro modo... tengo un nudo en la garganta y en la boca del estomago de tanto llorar y de tanto reirme x los pedacitos de cerebro, que suerte no fueron en vano mis lecciones !! me da mucha ternura la forma de describirme con tanto cariño, siempre anhelo dar esa impresión, pero no me es tan importante para el resto del mundo como para mis afectos, y mas a mi hermanohijastro, "peinadito a lo Gardel con kilos de jabón", que siempre fue mi debilidad, es verdad, lo admito, quiza aburro con mis recuerdos de la infancia, pero fue tan feliz, que siempre me dan ganas de compartirla y recordarla y es q mis hermanos fueron mis primeron amigos y parte importantisima de mi vida, y aunque aprendi a no perseguirlos en la actualidad siempre estoy pendiente x q los adoro.
    Tu casita de muñecas, es hermosa, diferente a todo desde la entrada, con el cartel tapado y la planta de lavanda, la cocina en la esquina con ventanitas a la vereda, el rincón de arte a medio armar, los baños el patio de piedras a bajorelieve, los baños, los sillones de hierro haciendo juego con la lámpara de Maripepa, (la misma de las copas de coñac para los reyes de nuestra infancia) y cada detalle...además de la sorpresa de enterame que los tres hermanos compartimos el mismo gusto x el color naranja.
    Gracias x la velada, por la charla, por tus secretos q no son tan secretos, por estar feliz,por ser mi hermanito.
    Te quiero mucho.

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  2. El post más gracioso que he leído hasta ahora en este blog. XD

    Las hermanas hacemos experimentos raros con nuestros hermanitos menores. Tengo historias con la pobre Cayoyín... aunque sorprendentemente las recuerda con muchísimo cariño. Todas las invenciones de mi niñez hicieron de ella el conejillo de indias perfecto, y permitieron que nuestra relación fuese (y siga siendo) entrañable y especial.

    Me habría gustado conocerte, Magdalena. Tuvimos un flash encuentro con Marcelo, pero fue divertido. Seguro contó que vio a dos locos sonrientes que iban tomados de la mano y apurados por Florida. Lindo :D

    Ya tendremos oportunidad, la buscaremos.
    Abrazo!

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  3. Epa, no vale escribir más que yo!

    Mada, son muy divertidas nuestras anécdotas de la infancia, sobre todo para quien nunca las oyó.
    Que es eso de piedras en bajo relieve? son piedras que dejó el dueño anterior, que tengo que sacar para limpiarlas (puaj) pero no tengo nunca un fin de semana sin lluvia.

    Viste? yo no sabía hasta que vino Agustín que a el le gustaba el naranja, ni que a vos también.
    Se nota que estoy feliz? bueno, me faltan algunos detalles, pero tengo planes.
    No tengo secretos.

    Besos


    Alé: No sabes las cosas que me hizo la madrastra esta. Disfrazarme de cualquier cosa, asados con la carne que mi madre dejaba para el gato y ensaladas con verduras robadas de los vecinos, darnos mandarinas verdes, pintar de rosa el carro y a mí unos guantes con la misma pintura que no salía ni con eter ni con nada.
    También tengo cicatrices compartidas con ella, de plástico quemado en una mano y en una rodilla... cosas de niños.

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  4. Si Alé Marcelo oficio como vocero de tu vicita, aunque me hubiera gustado conocerte a mi tambien, no faltara oportunidad.
    Lo de la pintura rosa, es un capitulo a parte que merece un cuento en mi proximo libro de cuentos,cargue toda la vida con esa culpa(injustamente)
    La portada cambia segun el horario del día, creo haberla visto con luz natural la ultima vez...

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  5. che pa para cuando las recetas?

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  6. Mada:
    Ya prescribió la causa de la pintura rosa.
    La portada, bueno, antes tenía una foto de día, pero como son cenas me parecía que debía ser de noche, no te parece?

    Rodri:
    tengo que compilarlas. No sé como hacerlo, abro otro blog con las recetas de los martes? no se, porque si las alterno va a quedar desprolijo.

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  7. Me encanta leerlos y decirse estas cosas. Me da una felicidad enorme. Me encanta quererlos y que se quieran.
    Mada. No vas a poder contar la anécdota del cochecito que te tiraba cuando tenías meses. No podes acordarte. ¡!!!! Esa es mía jaja.
    Nacho, espero que pronto podamos hacer una comilona con Alé..
    AGUSTIN

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  8. Ok Agustín, pero yo me encargo del postre... vale?

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