Siendo 25 de mayo, mientras la argentinidad festejaba el bicentenario de cierta revolución que nunca ocurrió, lo que a mí sí se me ocurrió fué celebrar mi pasado colonial. No me culpen, soy hijo de españolísimos padres nunca bajados del todo del barco.
Algo extraño pasa con mis recuerdos de mi más temprana infancia: me acuerdo de demasiadas cosas. A los cuatro o cinco años mi familia se mudó del lugar en que vivíamos y dejamos de ver a aquella gente, sin embargo recuerdo a muchísimos de ellos, recuerdo los lugares, los olores, colores (incluso sabores) de aquella “Colonia Ricardo Gutiérrez” en la que vivíamos.
Intento describir rápidamente aquello para que Ud. lector no se aburra en detalles: Era un conjunto de hogares de menores (huerfanos o de familias con problemas) en los que vivían, estudiaban y aprendían oficios. Para sostenerlo había una pequeña aldea con todo lo que necesitaba, un teatro del tamaño y calidad del Cervantes, un polideportivo, panadería, matadero, carnicería, taller de alfarería, usina eléctrica, vivero, iglesia piletas de natación, un arroyo. Los empleados, que eran muchos, tenían sus casas allí y vivían con sus familias integrando la población estable de esta pequeña aldea. Además había campos que se cultivaban, huerta etc.
Por una razón que desconozco, muchos de los empleados eran españoles y habían llegado en el año 1960, mis padres con ellos. Así formábamos una comunidad de padres españoles a la que se iban agregando hijos argentinos como yo.
Recordar el pasado no lo trae hasta aquí, te lleva a él.
Ni la sorpresa de los tostones ni el Nestea venezolanos desviaron el hilo de los recuerdos. El lugar era idílico, vivíamos junto a un bosque cerrado con un “castillo” que en otros tiempos había sido una estancia y un parque con una variedad insólita de plantas y árboles. Los niños jugábamos entre comadrejas, grutas artificiales con fuentes escondidas en la maleza, un colectivo abandonado hacía de refugio, los lagartos se corrían a pocos pasos de llegar a ellos por el sendero, fabricábamos cosas, nos trepábamos a todo y Juanadolfo tenía un lugar ideal para sus excéntricas actividades como pescar tortugas o disparar las armas que él mismo fabricaba.
Anoche hablábamos de eso, de lo que para mí fue una infancia feliz, donde nuestros padres se reunían siempre a jugar a las cartas, cantar canciones de su tierra y coleccionar anécdotas que luego serían la columna vertebral de nuestro folklore familiar.
Anoche hablábamos de eso, de lo que para mí fue una infancia feliz, donde nuestros padres se reunían siempre a jugar a las cartas, cantar canciones de su tierra y coleccionar anécdotas que luego serían la columna vertebral de nuestro folklore familiar.
Menú: Choripanes marcospacenses, ensalada Madalena, Bondiola juanadolfa, papas fritas ringas y Luigi Bosca Merlot 2007, sellado con Arroz con leche colonial y Ella morcilla.
Juanadolfo llegó con Lili, su mujer. Los dos sonrientes y cargados de sorpresas. Los prometidos chorizos marcospacences, pero además un par de vinazos y... un cuchillo de regalo! yo pensé que el creía que yo no tenía en casa y lo trajo para hacer el asado, pero no, era para mí!
Juan, Juana, Juanadolfo, Juan Adolfo, es gracioso aunque no se lo proponga, capaz de contar cómo casi mata a Pepe, su padre, con un artilugio explosivo, o su historia excentrica y creativa. Sus maquetas, sus aviones de aeromodelismo. Lo increíble es que Lili lo aguanta así como es, se ríen de sus locuras.
Claro, a los cuatro años yo no tuve tiempo de desarrollar mi capacidad de hacer tanto lío, fueron mis hermanos quienes casi incendian el bosque y los que construyeron cabañas de chapa, yo me limitaba a coleccionar cicatrices y ver las barbaridades de aquellos salvajes.
Juan, Juana, Juanadolfo, Juan Adolfo, es gracioso aunque no se lo proponga, capaz de contar cómo casi mata a Pepe, su padre, con un artilugio explosivo, o su historia excentrica y creativa. Sus maquetas, sus aviones de aeromodelismo. Lo increíble es que Lili lo aguanta así como es, se ríen de sus locuras.
Claro, a los cuatro años yo no tuve tiempo de desarrollar mi capacidad de hacer tanto lío, fueron mis hermanos quienes casi incendian el bosque y los que construyeron cabañas de chapa, yo me limitaba a coleccionar cicatrices y ver las barbaridades de aquellos salvajes.
Anoche recordábamos mientras Rodrigo y Marcelo miraban azorados por el relato de aquellas proezas mientras Juanadolfo, Lili y Rodrigo hacían el asadito en el “chulengo” nuevo.
Luego de atiborrarnos de sabores de asado, ensalada, papas fritas vino el postre de Mada: Arroz con leche. Típico sabor de aquellos tiempos.
Luego de atiborrarnos de sabores de asado, ensalada, papas fritas vino el postre de Mada: Arroz con leche. Típico sabor de aquellos tiempos.
Es maravilloso comprobar que aquel Juanadolfo, Mada y todos aquellos que compartimos ese paraiso aún lo llevemos con nosotros. Nuestros padres construyeron una familia grande para ellos y sus hijos, a falta de primos, tíos y abuelos teníamos a los Riera, los Delgado, Parra, Pisonero y muchos más, teníamos gallinero, bosque, amigos, salidas, sabores típicos españoles en medio de un lugar tan raro que no acabaría de describir en cien miércoles.
Ya estamos grandes, algunos ya no están, pero de todos guardamos aquel recuerdo feliz. Que no era de vecinos sino de la gran familia que seguimos siendo.
Ya estamos grandes, algunos ya no están, pero de todos guardamos aquel recuerdo feliz. Que no era de vecinos sino de la gran familia que seguimos siendo.
Viste que yo no invento, Esos idilicos recuerdos que gracias a la paciente ternura de nustros padres de cuidar nuestra inocencia, podemos recrealos con tanta alegria como los vivimos, Juana " el peligroso" según nuestros padres, que seguian sus pisadas con mucha atención para cuidarnos del proximo invento da fe de los mismos y aporta datos mas concretos que gracias a su diferencia de edad, unospocos mas q nosotros recuerda con mas detalles y ni hablar de sus propias historias...
ResponderEliminarQue alegria me da compartirlos.
muy linda nachito tu parrillola, y la remodelación del patio.
Siempre es un placer cada reunion, cada rato compartido, y luego tus relatos tan bien escritos, jamas vi cuando sacaste esas fotos
lindo, muy lindo momento nachito
La foto del chulengo (http://es.wiktionary.org/wiki/chulengo) es anterior y las del choripán y el cuchillo posteriores.
ResponderEliminarLa de Kurt Cobain la hicimos con Lili.
Era Kurt Cobain!!!!
ResponderEliminarGracias por la aclaración.
Liliana y yo solo ciertas veces compartimos algunos pensamientos. Compartir una buena velada con gente macanuda, un ambiente familiar,con viejos amigos , buen vino y charla amena aunque no menos educada y respetuosa....fue una de las coincidencias con mi esposa.
ResponderEliminarNacho : realmente lo disfrutamos ! . por otro lado, he quedado impresionado por mi nueva imagen , cabello rubio, collar.....me he gustado tanto que hasta me estoy preguntando si no es tiempo de replantearme una nueva vocaciòn. Ya veré , algo se me ocurrirá.
Mis mas lindos recuerdos fueron traidos a mi memoria, y....aún las historias que han quedado en el tintero !!. Buena ocasión para degustar algun cochinillo en casa, vale?
Alejo: la KurtCobainización fue gracias a una de las aplicaciones que exploramos en sendos iphones.
ResponderEliminarJuanadolfo (todojunto): viste que era una boludez atómica juntarse? Enseñanzas aprendidas de Francisco Mariani y Pablo Ramirez, quienes cenaron oportunamente acá. Ellos me enseñaron que no hay que dejar las cosas en un "estaría bueno Buenos Aires", se hace y listo el pollo.
estaba pensando que después de Elio que publico el próximo miércoles, ya puedo empezar con la segunda fase que propuso Pablo. Invitarlos a cenar pero cocino yo... es dificil, hay que ver quien se anima.
A mí también me agradó mucho esa cena del martes, creo que has logrado muchas cosas positivas a pesar de las adversidades, que todos tenemos en el libro del Debe y el Haber. Un hijo muy cariñoso como Rodrigo es la muestra que me cuenta como son sus padres, más allá de las palabras. He compartido unos momentos muy lindos , hasta aquellos que diseñamos el Kurt Cobain marcospacense . Te perdiste la expresión de la cara de mi marido al verse en tu blog.
ResponderEliminarTambien la ensalada Madalena, riquísima y novedosa para nosotros.
Así como abriste las puertas de tu hogar aún sin conocerme prácticamente, te digo que mi casa está a disposición tuya cuando quieras visitarnos.
Un saludo afectuoso